Si queréis abolir algo, abolid la violencia, abolid el matrimonio y el trabajo asalariado, abolid la tortura, el racismo, la transfobia y la lesbofobia, el maltrato animal, el control social, los estereotipos, la serofobia, el miedo a la libertad, la ley de extranjería, las prisiones, las fronteras, el clasismo, abolidlo, pero de nuestra mano, no a nuestra costa, nunca más por encima de nosotras.

Tenemos que pensar estrategias conjuntas para que seamos las trabajadoras del sexo, y no la industria, las que pongamos las reglas del juego, para combatir el estigma puta que afecta a mujeres de todo el mundo, combatir la persecución y violencia hacia cualquier disidencia contra-hegemónica, y construir una sociedad más equitativa, menos hipócrita, con la verdad por delante. Un nuevo sindicalismo feminista que no solo hable de lxs trabajadoras del sexo, sino de toda la economía informal o no reconocida, de la que somos parte mayoritariamente mujeres y personas sexo-género disidentes migrantxs.

Silenciadas y en el umbral de la ciudadanía, las trabajadoras sexuales, tienen claro que constituyen un sector que debe organizarse para enfrentar la falta de derechos y la estigmatización.

No queremos que Vanesa sea una cifra más, exigimos a las autoridades correspondientes que se haga justicia y su asesinato no quede impune. Criticamos la hipocresía de la República francesa y su fachada “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, que de manera histórica, colonial y permanente vulnera los derechos fundamentales de las personas migradas y racializadas, que en muchos casos son ciudadanes franceses.

Porque ningún ser humano es ilegal, porque la dignidad no es intrínseca al trabajo que realicemos, porque no queremos encajar en una sociedad que nos desprecia, pero sí cambiarla. Por eso hoy salimos juntxs, con nuestras diferencias, pero unidxs por la rabia.

Somos putas sí, es parte de nuestra identidad política, es nuestra bandera hacia la victoria y la levantamos con mucho orgullo y mucha honra, pero también somos feministas pues no hay un solo feminismo, porque con los feminismos que existían no nos sentíamos representadas, pero no nos fuimos, volvimos a disputarles con otro feminismo que es Putas Feministas

Tránsitos es un corto sobre dos trabajadoras sexuales latino-americanas: una trans y una cis que migran a Europa; lo que en un momento fue esperanza, luego se transforma en una lucha constante durante sus procesos migratorios. En el video son las mismas trabajadoras sexuales quienes nos cuentan sus realidades: reclamos y denuncias contra el racismo, la falta de derechos y una agenda feminista que no termina de encajar con sus demandas. Tránsitos es una de tantas realidades del trabajo sexual, sin victimismo, sin criminalización, sin romanticismo, sin estigma, simplemente, nuestra realidad.

El 10 de diciembre del 2017, las trabajadoras sexuales de APROSEX estrenaron en Radio Contrabanda FM 91.4 el “Puticlub”, un programa realizado por putas feministas barcelonenses, migrantes y activistas pro derechos.

El trabajo sexual es trabajo, – gays, lesbianas, mujeres cis, mujeres y hombres trans migrantes y autóctones también lo ejercen aquí en Barcelona.

Nuestros ojos no pueden estar puestos sólo en las familias, es importante que enriquezcamos nuestra diversidad, nos impliquemos en la lucha para que se reconozcan los derechos laborales y humanos de nuestres hermanes del propio colectivo LGBT, que ejercen el trabajo sexual.

Así empieza la contra campaña que Trabajadoras Sexuales en Lucha hemos creado como respuesta a todas las campañas que directamente hablan de nosotras, sin nosotras. Las trabajadoras sexuales.

La performance «Puta Mestiza» habla de trabajo sexual y su importancia como trabajo político. La acción se desarrolla en un baño lleno de espuma, mientras se expone la política migratoria colonial y sus relaciones con la industria del sexo.

Spot crítico hacia una de las más violentas agresiones contra las trabajadoras: Los medios de comunicación que alimentan el estigma y perpetúan la criminalización y la victimización, nunca escuchando la voz de las trabajadoras.