El terremoto social que ha implicado la crisis derivada de la pandemia del COVID-19 es múltiple y diversa. En Barcelona, y en vista del decreto de alerta sanitaria dictado por el estado español, diversos colectivos y personas vinculadas al movimiento migrante y antirracista se han organizado de manera orgánica y urgente. Como continuación de las prácticas de activismo colectivo e individual previas al covid, y de las vinculaciones que como movimiento antirracista local ya se habían conformado, se activa la Red de Cuidados Antirracistas (2020). De esta forman parte t.i.c.t.a.c., Can Migra, Nova Usurpada, Disidencias Sexo/Género Antirracistas Radicales, Tejiendo Redes Antirracistas, Mariques llibertàries transfeministes, Sour Pacífico, Banco expropiado, Casal Tres Lliris, junto con una multiplicidad de individualidades y aliadxs. 

Ésta ha destinado sus esfuerzos a sostener una práctica situada y no asistencialista de resistencia y autocuidado comunitario. Hablamos de compañeres migrantes sin papeles o en situación de precariedad legal ante la Ley de Extranjería que sobreviven de la recolección y venta de chatarra, de la venta artesanal de comida u organización de cafetas; personas que viven con enfermedades crónicas o especificidades de diversidad corporal discapacitantes, menores de 21 años, personas que tienen niñes a su cargo y que en el actual estado de excepcionalidad y restricción de la movilidad no pueden asegurar los mínimos recursos de subsistencia. Madres sin redes de apoyo, sexo-género disidencias, trabajadoras sexuales, trabajadorxs del hogar, todxs quienes han visto sus ingresos diarios, en empleos esporádicos y muchas veces precarizados, interrumpidos. Este activismo radical y político ha puesto en relieve la importancia de una solidaridad comunitaria y horizontal, que focalice los esfuerzos colectivos en dar acompañamiento afectivo, psicológico y también especialmente ayuda y resolución material a los casos más delicados existentes en nuestros entornos comunitarios y activistas en la ciudad de Barcelona. Así, el despliegue de redes han permitido consolidar un movimiento que inició con la colecta y donaciones de alimento para sustentar a 100 familias, y que para mediados de mayo ya brindaba apoyo a 580, y que extendió su trabajo hasta agosto de 2020, llegando a más de 2000 personas.

En términos cronológicos, la primera acción fue la activación de una Caja de resistencia, un llamado desde la solidaridad y la dignidad, para una participación comunitaria que sostenga la vida. Así, luego del despliegue de redes, esto se ha traducido en diversos establecimientos como librerías y espacios culturales a abrir sus puertas para el acopio y posterior traslado de bienes como alimentos y productos de higiene al Casal Tres Lliris. A esto se ha sumado el habilitar una cuenta paypal para donaciones remotas, y con ello el poder hacer comprar mayoristas de productos de necesidad, así como entregar bonos de dinero. Se ha mantenido igualmente el apoyo legal desde la Red Jurídica Antirracista de t.i.c.t.a.c., así como facilitar acompañamientos en temáticas de salud para compañeres trans y vih+, junto con la contención comunitaria ante problemáticas de desalojo.

Cabe mencionar también que este trabajo ha estado a la par de otras campañas sociopolíticas de alcance internacional como es Regularización Ya3 (2020), que reclama la flexibilización de las políticas migratorias para una regularización administrativa expedita. Que sea realista al contexto actual, favoreciendo el acceso a derechos y prestaciones sociales, principalmente en el contexto laboral. Esto se conecta con el reclamo por el cierre definitivo de los Centros de Internación de Extranjeros4, que por primera vez desde su apertura en 1986, de la mano de la primera ley de extranjería del país, se han visto vaciados para sostener las políticas estatales de aislamiento físico social. El reclamo se extiende a la solicitud de una declaración de responsabilidad política y penal por el asesinato de personas migrantes que bajo necesidad de supervivencia han intentado cruzar las fronteras.

En este sentido, el trabajo de base, colectivo y comunitario se ha tenido que organizar ante la necesidad. Por cubrir estas ‘fallas’ del sistema. Y así, como comunidad diversa, resistimos ante la negligencia del Reino de España, en un reclamo que cuestiona fronteras, políticas migratorias, leyes de extranjería, exclusión social, violencia, precarización, estigmatización, racismo. Creemos que esta coyuntura debe ser una oportunidad para poner en valor los cuidados colectivos y la necesidad de fortalecer la interdependencia como respuesta y resistencia a los procesos de salud-enfermedad individualistas y capitalistas. 

Es un reclamo a un cambio de paradigma que permita otras condiciones que atiendan la permanente emergencia que se ha ocultado. Sostenemos la  solidaridad y la dignidad como procesos comunitarios de sostén de la vida.

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Camila Fredes Ortiz, Barcelona, 2020
[1] El relato ha sido construido desde la vivencia en 1ra. persona en el espacio descrito, así como también accediendo a las diversas plataformas donde la red se ha desplegado, como sería su página web y el perfil en facebook (https://www.facebook.com/redcuidadosbarcelona/). Aquí, cada día la red sube audios diversos de personas relativas a la misma, los que de alguna u otra manera se encuentran contenidos también en la historia que aquí se da cuenta.
[2] https://redantirracistacuidados.wordpress.com/