[Imagen sin título de la serie: Lesbianas, Bi y Trans: Haciendo posible el amor en tiempos de barbarie! (2012-2017), acuarela y medios mixtos]

Soy lesbiana, madre, negra, feminista decolonial de religión de matriz africana –Candomblé-  y vivo en la periferia de Salvador. Una ciudad negra (conocida como una de las más racistas y peligrosas para las comunidades LBTQI del mundo). Dibujo desde que soy niña. Hoy vivo de hacer ilustraciones en acuarela y graffitis. No escogí el arte él me escogió a mí, hice de ella una forma de autobiografía en la que a través de las ilustraciones puedo contar mi historia y la de mi comunidad. Gracias a los Orixás y al arte tuve la oportunidad de viajar a Colombia, Alemania, Francia, España, EE.UU. y la República Dominicana y así presentar mi arte al mundo.

Estoy resistiendo y creando formas de supervivencia ya durante algún tiempo, desde los últimos 500 años a través de todxs mis ancestrxs, , sin ellxs no podría hoy estar aquí. Desde ese lugar hablo y hablo por mí y por todas las que vinieron antes de mí, y que generosamente me donaron sangre, cuerpo, color, sabiduría, ase, dengo, narrativa y todas las tecnologías de supervivencia.

Crecí dentro de la favela, en Salvador Bahía, crecí en uno de los barrios más peligrosos de Salvador, vivimos presos dentro nuestra propia casa, dibujar era una forma de huir de aquella realidad, era también un recuento de historias que trascendían lo cotidiano. El movimiento comienza a partir de cómo me localizo, y en cómo me comprendo para potenciar mis vivencias como un acto político, feminista y antiracista. Así lo hice, a través de mi expresión, desde el arte y el lenguaje, me entendí a mí misma como un todo.

Porque no puedo públicamente asumir mi identidad religiosa porque el espacio público es peligroso, porque tener que dejar mi lesbianidad encerrada en el armario porque puedo sufrir lesbofobia en la calle, porque ni mucho menos puedo desvestir mi color , para finalmente ser aceptada, amada y entonces amarme. Esas son identidades que están conmigo todo el tiempo y en todo lo que hago. Y a través del activismo pude percibirme a mí misma como una comunidad global que se conecta en esas singularidades. Podemos pensar en estrategias de descolonización, de cuidar y construir nuestras fortalezas. Nuestros espacios seguros, y una nueva antología de nosotros mismos, volviendo a las raíces que anteceden a todo lo que nos fue inculcado a partir de la violencia colonial.

Crear una epistemología, a través de nuestras herencias ancestrales, es vislumbrar la utopía de la identidad negra afrofuturista, diaspórica que reconocía nuestras cosmologías e identidades. Todo eso es lo que intento expresar en mi arte, ya sea sobre el papel o sobre un muro.

 Un cuerpo negro solo, ya es medio quilombo.

Annie Ganzala es una pintora y grafitera de Brasil, cuyas acuarelas vibrantes, instalaciones y grafitis crean un dialogo entre espiritualidad, ancestralidad, cuerpo y sexualidad. Ha exhibido su trabajo en diversas muestras en America Latina y Europa, y participa en Taller de Arte Decolonial del Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feminista en República Dominicana.