Mahdis Azarmandi y Piro Rexhepi

El levantamiento del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) en los Estados Unidos despues del asesinato de George Floyd y Breonna Taylor, ha desatado una ola de solidaridad llamando a la abolición en el mundo entero. En el Líbano, lxs migrantes africanxs protestaron contra el sistema del kafala con pancartas de Black Lives Matter mientras lxs manifestantes en Bruselas se subieron encima de la estatua del rey Leopoldo II cantando demandas de reparaciones. Aprovechando el momento, las universidades, los partidos políticos y los museos se apresuraron a emitir sus declaraciones de solidaridad y fueron rápidamente confrontados por su connivencia con el racismo, con #thisisyou? En ninguna parte es quizás esto más visible que en Europa, donde el racismo estadounidense se ha cultivado históricamente hacia lo que Fatima El-Tayeb (2011) llama «falta de raza política» (political racelessness), o un despliegue tácito y daltónico de la inocencia que descarta el racismo como un fenómeno estadounidense. Como era de esperar, las universidades y lxs intelectuales públicxs, como lxs propixs provedorxs de esta falta de raza política que han sofocado activamente las cuestiones del racismo y la colonialidad, advirtieron que la caída de las estatuas de propietarios de esclavos de Bristol a Bruselas podría «ocultar» la historia. Sin embargo, la remoción de estatuas ha sido una poderosa revelación no sólo de la falta de raza del «sentido común» que ha llegado a dominar la política europea contemporánea, sino más importante aún, de la urgencia de las cuestiones políticas atrasadas de la anti-negritud y la abolición de las fronteras como reparaciones coloniales. ¿De qué otra manera podemos entender la disposición del migrante post-colonial en la metrópoli europea de hoy si no a través del abandono, la austeridad, el cautiverio y encarcelamiento de refugiadxs en sus fronteras? ¿En el marco de #thisisyou? y en reconocimiento de la abolición como «verde, roja e internacionalista» según las palabras de Ruth Wilson Gilmore, en este artículo queremos hacer una antología de la cuestión de reparaciones en la praxis decolonial y preguntar ¿Cuáles son las formas en que lxs sujetxs poscoloniales resisten y rechazan las lógicas coloniales de despojo y desplazamiento como praxis de abolición?

Si pensamos en la abolición desde el llamado de Patrisse Cullors: «no solo para desestabilizar, deconstruir y destruir los sistemas, instituciones y prácticas opresivas, sino también para reparar las historias de daños en todos los ámbitos»(2019, 1686). Nuestra tarea no es solo abolir las cárceles, la policía y la militarización, que se ejercen en nombre de la «seguridad pública» y la «seguridad nacional». También debemos exigir reparaciones e incorporar una perspectiva de justicia reparadora en nuestra visión de la sociedad y la construcción comunitaria en el siglo XXI” (2019). Sin embargo, observamos un extraño silencio respecto a las reparaciones a pesar de la importancia de la decolonialidad en todas las disciplinas académicas. Nelson Maldonado-Torres (2016) señala cómo “las sociedades liberales, incluidas las universidades y sus artes y ciencias liberales, se esfuerzan por crear un mundo a la medida de cambios legales ambiguos e incompletos que posponen perpetuamente, si no buscan eliminar por completo, cualquier responsabilidad, justicia y reparación sería”. En gran parte, esto es el resultado de la renuncia a la responsabilidad a través de una ambigüedad temporal con la que se sellan las reparaciones en el pasado y se suprimen en los proyectos políticos del presente. Academicxs de estudios criticos de raza, queer y decoloniales han señalado desde hace tiempo las muchas formas de esta maniobra, entre la «vieja» Europa colonial y la «nueva» UE como sostiene Fatima El-Tayeb (2011) o las distinciones entre la “vieja” y la“ nueva ”esclavitud segun las palabras de Robbie Shilliam (2015), mientras despliega el desarrollo a través de la deuda como mecanismo de despojo (Wang 2019) y establece una compleja infraestructura de seguridad mortal que se basa en sus continuas constelaciones coloniales de poder (Mbembe 2016, Chamoiseau 2017, Dabashi 2019). En este sentido, “moral y políticamente lo que debería estar en juego en la investigación histórica es una valoración crítica del presente mismo y no la mera reconstrucción del pasado”, como sostiene David Scott (2004: 41).

Aquí, queremos destacar los trabajos de Walter Rodney, Ruth Wilson Gilmore y Jackie Wang sobre la naturaleza cautiva y carcelaria del capitalismo racial en conversación con la decolonialidad y la praxis de reparación. Específicamente, ¿cómo podemos pensar en la descolonización en el contexto actual no sólo confrontando el capitalismo racial como un fenómeno global, sino partiendo de aquellas formas estructurales situadas y localizadas en la anti-negritud, el abandono y la austeridad que nos rodea y que causan muerte, deuda y despojo de cuerpos racializados? ¿Cómo reiniciar la praxis de reparaciones como la descolonización inconclusa emprendida a nivel local, regional, mundial y en relación con los movimientos en curso por la abolición de las cárceles en todo el mundo? O como la Alianza de Socialistas del Medio-Oriente y Norte de África (MENA en inglés) ha preguntado recientemente: ¿Que está frenando la Formación de un Movimiento Global Abolicionista de Cárceles?

En diálogo con estos movimientos, estamos pensando en la propuesta de Tuck y Yang (2012) sobre una consideración seria de reparaciones y descolonización, no sólo como metáforas, sino también como un conjunto de “temas inquietantes dentro de las descolonizaciones transnacionales del Tercer Mundo, la abolición y las pedagogías críticas de tiempo/espacio, que desafían la coalescencia de los esfuerzos de justicia social, dando lugar a alianzas potenciales más significativas”. Entonces, cuando Houria Bouteldja (2019)  exige, por ejemplo, que lxs migrantes sean “parte integral de un proceso más amplio de reparaciones”, quiere que consideremos las cuestiones políticas contemporáneas a través de las constelaciones más amplias del capitalismo racial y la colonialidad. Pero dado que las fronteras no solo violentan a los cuerpos de las personas migradas y las empujan hacia la muerte, sino que también perpetúan las desigualdades globales, queremos pensar en la abolición de las fronteras de la UE y repensar las medidas de abandono y austeridad desde la perspectiva de lxs migrantes racializadxs sin papeles. Debido a que gran parte de los debates sobre la austeridad se han centrado en ciudadanxs documentadxs, el tema se ha desconectado de las cuestiones de cómo Europa se ha beneficiado de la «profundización del desarrollo desigual en todo el mundo» (Gilmore, 2011: 252) a través del capitalismo racial y la colonialidad, y también de cómo las medidas de austeridad dentro de sus fronteras han abandonado y apartado a lxs migrantes de las redistribuciones y reparaciones.

Lo que llamamos «geografías de reparación» son las diferentes formas que pueden adoptar las reparaciones en diferentes geografías de colonialidad. La acumulación histórica de riqueza occidental y su concentración en Europa y América, desde sus encierros y ejecuciones hipotecarias, según las palabras de Silvia Federici (2013), son productos del despojo colonial y la explotación capitalista de los recursos naturales del/en el Sur Global a través del comercio de esclavos y relaciones laborales racializadas. El trabajo fundamental de Walter Rodney (1972) sobre «Cómo Europa Subdesarrolló África» ​​debería ser un recordatorio de cómo las cuestiones políticas en torno a la descolonización de la década de los 1970 se han pacificado ahora mediante la consolidación de la paz, el desarrollo y la supuesta condonación de la deuda. Gran parte de este marco ha sido perpetuado por la doble falacia de la deuda,  por un lado, y el desarrollo, por el otro, donde las formas actuales de extracción y explotación están respaldadas por la continuidad de las “buenas intenciones” misioneras, donde la responsabilidad se borra constantemente, como ilustra el trabajo de Olivia Rutazibwa (2018). Pero estas anulaciones no son claras y no se pueden dar por sentado. Si el desarrollo significa que hoy el Sur Global es el objetivo de la extracción, y si la austeridad y el abandono son las medidas de explotación que enfrentan lxs migrantes racializadxs en la metrópoli colonial, entonces, ¿qué tipo de estrategias políticas se necesitan hoy en estas geografías que enfrentarían a la vez el abandono y la austeridad, mientras se aborda el doble vínculo de la deuda y el desarrollo de Europa en el Sur Global?

Creemos que las cuestiones de la deuda y del desarrollo no están desconectadas del campamento deliberado de personas migradas en las fronteras de Europa que se mantienen en un espacio de “ilegalidad” y “liminalidad” para sostener y abastecer su demanda según sea necesario como “mano de obra excedente”. En este sentido, como Gilmore (2007) sugiere, las cárceles en los EEUU están destinadas a contener el excedente de mano de obra, y las fronteras en Europa cumplen un propósito similar. En ningún otro lugar se ve mejor que con la explotación de trabajadorxs migrantes (sin papeles) en las industrias agrícolas en las naciones de la UE. Si bien la UE ahora ha reforzado un régimen fronterizador, no puede simultáneamente existir sin lxs migrantes recogiendo sus cosechas o sin mujeres migradas que limpien y críen a lxs hijxs de la clase media/alta. Demandas como #RegularizaciónYa en España son, por tanto, una traducción e implementación de #BlackLivesMatter en su contexto local, que también reconoce que la legalización (aunque no es el final de esta lucha) pone desafíos y límites a la explotación laboral racializada dentro de la UE. Aquí, el trabajo de Encarnación Gutiérrez Rodríguez (2018) sobre la colonialidad de la migración es esencial para entenderlo como un nexo que “opera dentro de las dinámicas de explotación que han funcionado durante los últimos cinco siglos dentro del sistema mundial colonial-moderno, y particularmente en el contexto de las políticas migratorias del Estado-nación desde el siglo XIX”. Por tanto, la abolición y las reparaciones en el Este Mediterráneo podrían enmarcarse en trayectorias políticas diferentes a las de los Balcanes. Por lo tanto, #BlackLivesMatter y la abolición en Europa nos obligan a abordar los mecanismos y las lógicas que producen muertes negras, de los cuales la securitización del mar Mediterráneo es una de las más mortíferas. Por lo tanto, la abolición en el contexto de la UE debe abordar, no solo la policía y las prisiones, sino también las fronteras, los centros de detención de migrantes y los campos de refugiadxs.

Dado que el capitalismo es siempre-ya racial, ¿qué significan entonces la abolición y las reparaciones a través de diferentes geografías (post)coloniales? Específicamente, ¿cómo podemos pensar en la abolición y las reparaciones desde diferentes geografías, teniendo en cuenta que las relaciones de poder racializadas, de género y de clase no son siempre directas ni las solidaridades evidentes en sí mismas? Esto requeriría principalmente una conciencia de que el capitalismo despliega continuamente lo que Gilmore (2011) llama “tecnologías de anti-relacionalidad” como una forma de prevenir proyectos políticos periféricos de solidaridad. Aquí queremos volver al llamado de Glimore (2020) para que la abolición sea «verde, roja e internacionalista», porque creemos que gran parte de la solidaridad internacionalista actual sigue siendo informada por el momento de descolonización de Bandung y corremos el riesgo de reproducir las líneas de color de la Guerra Fría que refuerzan las jerarquías racializadas entre el primero, segundo y el tercer mundo. No es que esas constelaciones geopolíticas de poder sean completamente irrelevantes, sino que pueden ignorar las formas más subterráneas en las que el capitalismo está «consagrado por la raza» en diferentes localidades. Significa reconocer que el racismo no es solo un producto de la colonialidad euro-americana, sino también una forma más prolongada de la anti-negritud, el colorismo y la casta que el capitalismo utiliza y protege. Con eso en mente, nos gustaría preguntarnos qué tipo de solidaridades se pueden promulgar a través del proyecto político de reparaciones, no como reparadoras dentro del capitalismo racial sino simultáneamente en la búsqueda de su abolición.

En cuanto a las reparaciones, Fred Moten (2013) escribe: “No quiero aceptar en silencio sin protestar todas las diferentes formas de desigualdad y explotación que surgen en función del robo y del no reconocimiento de la deuda… Pero también sé que lo que se supone reparado es irreparable. No se puede reparar. Lo único que podemos hacer es derribar esta mierda por completo y construir algo nuevo».

Los sonidos de las ‘reparaciones’ de lxs migrantes decoloniales que montaron la estatua del rey Leopoldo II en Bruselas en junio de 2020 pueden ser ahora solo el comienzo de la  “toma de la riqueza imperial por parte del sujeto poscolonial”, pero también el Comienzo de un Momento Decolonial Perfecto.

Mahdis Azarmandi es profesora y activista por la justicia social. Finalizó sus estudios de doctorado en el Centro Nacional por la Paz y Estudios de Conflicto, en la Universidad de Otago. Su investigación se centra en la amnesia colonial y antirracismo en Aotearoa, Nueva Zelanda y España. Sus investigaciónes giran en torno a la racialización y antirracismo, estudios críticos de la raza y de la blanquitud, memoria y descolonización.
Piro Rexhepi es investigador y profesor. En su trabajo se centra en la política de sexualidad (post)socialista en Kosovo y BiH, el activismo LGBTQ en (post)Yugoslavia, Islam en Europa del Este, orientalismo y homonacionalismo.
[1] Bouteldja, Houria (2019), “Reparations via Polemics” Makhzine, n.3, Dictationship, http://www.makhzin.org/issues/dictationship/reparations-via-polemics
[2] Cullors, Patrisse (2019), «Abolition And Reparations: Histories of Resistance, Transformative Justice, and Accountability.» Harvard Law Review 132, pp. 1684-1694, url: https://harvardlawreview.org/wp-content/uploads/2019/04/1684-1694_Online.pdf
[3] Chamoiseau, Patrick  (2017), Frères migrants, Paris, Seuil.
[4] Dabashi, H. (2019), Europe and Its Shadows: Coloniality After Empire, Pluto Press. 
[5] El-Tayeb, F. (2011), European Others. Queering Ethnicity in Postnational Europe, University of Minnesota Press, https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004
[6] Gilmore W., Ruth (2007), Golden gulag: Prisons, surplus, crisis, and opposition in globalizing California. University of California Press.
[7] Gilmore W., Ruth  (2011), «What is to be done?.» American Quarterly 63.2 (2011): 245-265.
[8] Gilmore W., Ruth (2020), Ruth Wilson Gilmore makes the case for abolition, The Intercept, https://theintercept.com/2020/06/10/ruth-wilson-gilmore-makes-the-case-for-abolition/
[9] Harney, S., Moten, F. (2013), Undercommons. Fugitive Planning & Black Study, Brooklyn, Minor Compositions.
[10] Maldonado-Torres, N. (2016), “Outline of Ten Theses on Coloniality and Decoloniality”, http://frantzfanonfoundation-fondationfrantzfanon.com/article2360.html
[11] Mann, G. (2015), From Empires to NGOs in the West African Sahel, Cambridge University Press. 
[12] Mignolo, W. D., & Walsh, C. (2018), “On Decoloniality. Concepts Analytics Praxis”, in Journal of Chemical Information and Modeling (Vol. 53, Issue 9), Duke University Press.
[13] Puar, J. K. (2017), The Right to Maim. Debility, Capacity, Disability, Duke University Press.
[14] Rutazibwa, U. O. (2018), “On Babies and Bathwater”, in O. U. R. Sara de Jong, Rosalba Icaza (Ed.), Decolonization and feminisms in global teaching and learning (pp. 158–180). Routledge.
[15] Scott, D. (2004), Conscripts of Modernity. The Tragedy of Colonial Enlightenment, Durham, Duke University Press.
[16] Shilliam, Robbie. 2015, “RasTafari and reparation time”, OpenDemocracy, https://www.opendemocracy.net/en/beyond-trafficking-and-slavery/rastafari-and-reparation-time/
[17] Tilley, L., & Shilliam, R. (2018), “Raced Markets: An Introduction”, New Political Economy, 23(5), 534–543.
[18] Tuck, E., & Yang, K. W. (2012), “Decolonization is not a metaphor”, in Decolonization: Indigeneity, Education & Society, 1(1), 1–40.
[19] Tilley, L., Shilliam, R. (2018), «Raced markets: An introduction», pp. 534-543, https://www.commonnotions.org/making-abolitionist-worlds
[20] Wang, Jackie (2018), Carceral Capitalism. South Pasadena: Semiotext(e), 360 pp.