Conversatorio con Marina Gržinić y la presentación del libro Border Thinking. Disassembling Histories of Racialized Violence 
17 de febrero de 2018 en t.i.c.t.a.c.

El libro Border Thinking. Disassembling Histories of Racialized Violence publicado por la Academia de Bellas Artes de Viena y editado por Marina Gržinić comprende veintiséis contribuciones de treinta autorxs (teóricxs, escritorxs, artistas, activistas, curadorxs, etc.). Cada una de ellas habla de lo que signifíca tomar una posición política, teórica y artística, principalmente en relación con una de las cuestiones centrales del libro: la política migratoria y la gestión de lxs refugiadxs impuesta por la Europa Fortaleza. No se trata de una narrativa abstracta, al contrario, insiste en que nosotrxs, lxs ciudadanxs de la Unión Europea (UE), debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad frente a esta situación de abandono total. También subraya la importancia de entender lo que podemos esperar de la UE que organiza todos estos procesos violentos y vergonzosos de abandono total de lxs refugiadxs.

[foto: portada del libro “Border Thinking: Disassembling Histories of Racialized Violence”, editado por Marina Gržinić, Sternberg Press (2018). Con contribuciones de Ilya Budraitskis, Maira Enesi Caixeta, C.A.S.I.T.A., Yuderkys Espinosa Miñoso, Miguel González Cabezas, Marina Gržinić, Juan Guardiola, Çetin Gürer, Neda Hosseinyar, Njideka Stephanie Iroh, Adla Isanovic, Fieke Jansen, Tjaša Kancler, Zoltán Kékesi, Betül Seyma Küpeli, Gergana Mineva, Musawenkosi Ndlovu, Stanimir Panayotov, Suvendrini Perera, Jelena Petrović, Khaled Ramadan, Rúbia Salgado, Marika Schmiedt, Joshua Simon, Aneta Stojnić, Shirley Anne Tate, Göksun Yazıcı, Hiroshi Yoshioka.]

Este libro fue concebido en el Estudio de Arte Conceptual en la Academia de Bellas Artes de Viena, que renombré como Prácticas de Arte Post-conceptual (PCAP) inmediatamente después de ser nombrada profesora en la academia en 2003, para abrir la relación intrínseca entre el arte y la política. Al comienzo del nuevo semestre en el invierno de 2015, planteé una pregunta “no realmente” retórica: ¿Somos capaces de proponer una narrativa que se acerque a una contra-historia del movimiento de refugiadxs en Austria, que comenzó con Refugee Protest Camp (Acampada de Protesta de Refugiadxs) en Viena en 2012? Era políticamente necesario plantear esta pregunta, porque en 2015 tuvimos muchxs estudiantes que estaban activamente comprometidxs con la Acampada de Protesta de Refugiadxs en Viena en 2012. Ellxs dieron su tiempo, ideas, compromiso, empatía y convicciones políticas por la causa. En 2015 también había algunxs refugiadxs estudiando con nosotrxs, incluidos algunxs que habían ingresado al programa de estudio después de recibir asilo. Además, tuvimos estudiantes de «terceros» países (es decir, estudiantes que provienen de países fuera del Unión Europea), – una descripción peyorativa del marco institucional de la UE al mirar por encima de los muros de su «fortaleza».

Hubo varios académicxs que tomaron parte en las discusiones, incluyendo estudiantes de arte, estudiantes de maestría en estudios críticos, candidatos doctorales en filosofía, e investigadores posdoctorales. Estudiar arte en PCAP o estar afiliado al programa significa revelar la línea social y política de arte contemporáneo, donde formalmente la obra de arte puede ser un poema, texto o una imagen. Lo que importa es que estos trabajos apoyan y se comprometen con antirracismo, anti-homofobia, y perspectivas anticapitalistas. Es importante tener en cuenta la frontera, tanto en la frontera como en contra de la frontera.

Lo central para “Border Thinking” – Pensamiento fronterizo, es la investigación de la “crisis” de refugiadxs en Europa, que se presenta cada vez más como una crisis europea (y global) del capitalismo occidental, con su mortal racismo estructural, colonialismo, despojo, guerra y violencia social, política y económica opresiva. En el capitalismo neoliberal global, las fronteras parecen haber desaparecido, sin embargo están presentes a través de deportaciones, segregaciones, marginación y criminalización. Por lo tanto, la pregunta es cómo pensar sobre estas relaciones y cuánto el acto de pensar en sí mismo está limitado; o, para preguntar si es posible desarrollar un pensamiento fronterizo que tendrá como objetivo transformar radicalmente las lógicas sociopolíticas y económicas de la frontera que segregan y guetoizan personas, vidas, prácticas, historias y pensamientos. Estos duros males se hacen visibles con el un número cada vez mayor de refugiadxs que escapan de la guerra en Siria; con la completa destrucción de Iraq y Libia, dos estados que eran funcionales y seculares, donde ahora tenemos miles de civiles que son asesinados y donde los únicos «enclaves seguros» son los «oasis» multinacionales capitalistas para las extracciones salvajes de petróleo salvaguardados por mercenarios militares privados. El resultado es que millones de personas son obligadas a irse y que ciudades enteras y regiones terminan en un callejón sin salida. El viejo mundo occidental, el bastión de la blanquitud y la fuerza del colonialismo y la colonialidad actual, brutalmente continúa su trabajo de expropiación. El rostro sangriento del capitalismo global neoliberal hace de la austeridad, la precariedad, la privatización y la deuda las únicas condiciones de nuestras vidas, mientras se involucra en relaciones (neo)coloniales con aquellos que se “(re)unieron» al gran valiente mundo de la democracia neoliberal.

La “crisis” de los refugiados como la crisis de la fortaleza de Europa

Europa está más dividida que nunca entre el «antiguo» Occidente y el «resto» en la UE y Europa. En el centro del mundo occidental, vemos los viejos procesos de discriminación, explotación y exclusión de aquellxs que no son refugiadxs, sino ciudadanxs plenos de la UE, y sobre lxs cuales los mecanismos de diferenciación, marginación y exclusión se imponen. Actualmente hay partidos y ciudadanos populistas de derecha, antisemitas, anti-romaníes, anti-negros y anti-gente de color, escuadrones homofóbicos que están presionando fuertemente para entrar a los Parlamentos nacionales en Europa; y hay quienes se oponen a tales situaciones y tratan de cambiarlos, aunque los cambios son mínimos, porque la Europa Fortaleza y la burocracia de la UE aumentan constantemente el sistema de guetos y aislamiento.

El racismo y la retórica de protección de «nuestro» modo de vida esta sofocando a las personas que ya tienen que lidiar con la explotación basada en clase. Ellxs están atravesados también por la categoría de raza construida, eviscerada y subyugada que opera a través de la racialización imponiendo divisiones brutales y la criminalización basada en color de piel. Entre todas estas trayectorias de realidades y brutalidades violentas, que incluye personas asesinadas por su origen étnico, aquellxs que son guetizados como ciudadanxs, o que nunca se convertirán en ciudadanos y que están abandonados a la muerte, enfrentamos una de las peores crisis de la humanidad imaginables, con millones en búsqueda de una vida mejor en otro lugar, huyendo de la guerra, la pobreza y la destrucción por parte de estados de guerra imperiales hegemónicos.

Miles de personas están atrapadas en países fronterizos de la Europa Fortaleza, o están abandonadas en Grecia, que se está transformando en un estado umbral de democracia europea (occidental). Millones se encuentran detenidos contra su voluntad en los estados fronterizos de Europa. Aquellos en el poder que es jerárquico, imperial, connotado con una vecindad y servilismo a la OTAN y otras formaciones militares regionales que trabajan solo por el interés del capital y los procesos de financiarización, están totalmente subcontratados a las formalidades, normatividad y «legalidades» hasta tal grado que necesitamos nuevas expresiones, terminologías, metodologías, y estrategias para pensar y actuar. Lo que está pasando hoy no es posible entender con precisión con los conceptos antiguos, modernos o incluso postmodernos de agencia, comunidad y democracia.

Está claro que para enmarcar estos procesos de ultra-explotación, despojo, y racialización que se presentan a si mismos como lo opuesto, necesitamos nuevas metodologías, políticas de intervención y diferentes conceptualizaciones históricas que traerán clase, raza, género y pensamiento fronterizo al centro de la acción política. Esto debería ser una mezcla de potencialidad, y un compromiso radical con la historia y la praxis que darán una nueva dimensión no solo al tema, sino también a la vieja disciplina osificada de epistemología eurocéntrica occidental.

La estructura del libro

Hay varios puntos focales de investigación en este libro. Podemos extraer al menos tres líneas de investigación comunes que aparecen a través de muchos de los escritos. El primero aborda la vida y su gestión, y esta conceptualizado como el giro de la biopolítica a la necropolítica. La segunda línea conceptualiza el capitalismo al repensar cómo éste se formula en la forma del estado. El enfoque final esta sobre el racismo, ya que entra en una forma nueva y perversa que ahora predomina en el capitalismo neoliberal global. Sin duda, podríamos señalar que el lugar de administración de lxs refugiadxs impuesto por la Europa Fortaleza y la maquinación de la UE está en Turquía.

El título del libro, “Border Thinking” (Pensamiento fronterizo), no es un tema desconocido; la idea proviene de estudios poscoloniales y decoloniales. Pero, ¿por qué no reapropiarse de la frontera? recontextualizarla y removilizarla? Es obvio que los campos de la teoría, la filosofía y los estudios culturales también son racializados, donde las emancipaciones solo se ven dentro de las agendas eurocéntricas que marginan el poder de estudios postcoloniales.

“Border Thinking”(Pensamiento fronterizo) comprende veintiséis contribuciones de treinta autorxs (teóricxs, escritorxs, artistas, activistas, curadorxs, etc.). Estxs autorxs no comparten el mismo espacio de lucha, pero sus análisis, sus puntos de vista, sus discursos, sus materiales visuales, y sus palabras forman un espacio de lucha a través de conexiones transversales empoderadas por encuentros antagónicos.

“Border Thinking”(Pensamiento fronterizo) consiste en análisis teórico y proyectos artísticos que se sitúan en paralelo al análisis teórico. Estos trabajos son ejemplos de prácticas artísticas- políticas intervencionistas que usan imágenes y texto para involucrarse con las preguntas políticas en lugar de producir obras de arte descriptivas. Estas contribuciones entran directamente en los debates del pensamiento fronterizo tomando en cuenta la división del trabajo neoliberal global que va por la línea de una división colonial/racial.

El libro tiene 5 partes. Sigue una trayectoria de lo que describo como «Política de intervención». La parte 1 se titula “Exposing” (Exponer) e identifica el estatus de lxs refugiadxs, migrantes, personas de color queer/trans y, por último, pero no menos importante, las humanidades y las subjetividades en los regímenes fronterizos del estado en el mundo capitalista global, así como mirando dentro de diferentes dispositivos institucionales, visuales, performativos, cinemáticos y de memoria.

La Parte 2 se titula «Mobilization” (Movilización) y discute quiénes son lxs (no)individuos, (no)comunidades, (no)subalternxs y (no)ciudadanxs que pueden movilizar transformaciones de desigualdades, explotaciones y desposesiones manifiestamente evidentes.

La Parte 3 se titula «Get Down To» (Al grano) y busca llegar al fondo de ofuscado, velado, normalizado, retórico y cada vez más domesticado razonamiento académico, y por lo tanto insiste en la pregunta: ¿Qué tipos de cuerpos son abandonados y hechos superfluos a lo largo y en las fronteras en el capitalismo neoliberal global, y bajo qué condiciones?

Se exploran las rupturas con las respuestas habituales en el terreno de la lucha en la Parte 4, titulada «Demasking» (Desdenmascarando), que exige saber cuáles son las formas y medios para atacar las genealogías contemporáneas de discriminación, mientras desenmascarar el pasado colonial y el antisemitismo. El libro concluye con Parte 5, titulada “Disconnecting” (Desconectando) cuyo objetivo es desconectarse del evidente estado dañino del sangriento laissez faire del capitalismo neoliberal global para revelar los regímenes imperiales neoliberales ocultos de la colonialidad, el sometimiento, y la subordinación. Al romper con tales regímenes, nos (re)conectamos a otras luchas, materialidades, imaginarios y futuros, restableciendo los horizontes teóricos, epistemológicos, críticos y políticos cambiados.

3 nociones clave:

1.El cambio de la biopolítica a la necropolítica

La Necropolítica (Achille Mbembe) precisamente define las formas capitalistas neoliberales globales de recortes financieros para la salud pública y las estructuras sociales y educativas. Estos recortes extremos presentan procedimientos neoliberales intensivos de racionalización y civilización. El resultado es la privatización de todos los servicios públicos, una política que reúne el racismo estructural, la pobreza masiva y las divisiones de clase. Es posible argumentar que en el capitalismo global, las instituciones principalmente, los aparatos ideológicos de estado funcionan como biopoder; por lo tanto, el arte y la cultura, así como la teoría y la crítica y la educación son hoy puras máquinas biopolíticas (dedicadas exclusivamente a protegerse a sí mismas y a sus intereses hegemónicos) mientras que lo social y lo político (con un sistema judicial supuestamente autónomo) son puros instrumentos de capitalismo global necropolítico.

El cambio propuesto de la biopolítica (Foucault) a la necropolítica es una medida radical de recaptura de lo biopolítico bajo la luz de su producción de sujetos ideológicos apolíticos, o biopolíticos con estilo (que no son sujetos políticos en absoluto), predominantemente en el primer mundo capitalista. En tal contexto, es por lo tanto necesario preguntar cómo se puede conceptualizar lo político exponiendo los procesos neoliberales de gubernamentalidad dentro del capitalismo (que hoy constituyen un estado de excepción impuesto a las subjetividades) que regulan, subyugan y nos controlan sistemáticamente. Además, ¿cómo vamos a reconciliar la gran mayoría de estructuras políticas y sociales del capitalismo global y el turbo-neoliberalismo con la autonomía (es decir, la libertad) de concebir proyectos de arte, que se ven tan apropiados a la configuración actual de la biopolítica originaria característica del paradigma del arte contemporáneo? Esta pregunta nos lleva hacia una extraña complicidad basada, por un lado, en una lucha por los derechos que nos hace aún más «sujetos mercantilizados» (y por lo tanto, con suerte, menos prescindibles), y, por otro lado, retomar una «licencia para matar», la necropolítica performativa como la política por excelencia del primer mundo.

2.Estado-nación, Estado – guerra

Las transformaciones que he esbozado, desde la biopolítica hasta la necropolítica, nos llevan a otra pregunta fundamental al relacionarnos con las fronteras: ¿Cómo esta constituido el estado contemporáneo hoy dentro del capitalismo global, y qué ha cambiado, y que es lo que se ha perdido? En la trayectoria del desarrollo del capitalismo, también podemos captar la noción de una transición de la soberanía del estado nación a las instituciones transnacionales del poder y la política del estado de guerra. Con el caída del Muro de Berlín, y habilitada por ella, vino la desintegración de principio de Westfalia. Establecido por la Paz de Westfalia en 1648, el principio de la soberanía de un estado nación es reconocido por los académicos de relaciones internacionales como la base fundamental del sistema moderno global occidental de estados, corporaciones multinacionales y organizaciones como sujetos soberanos. Cuando cayó el Muro de Berlín, el principio de Westfalia se desintegró y nuevos estados proliferaron en la llamada era posterior a la Guerra Fría. Los poderes del viejo mundo (colonial, occidental y antisemita), en un intento de controlar los nuevos estados – (nación) que se multiplican, se transformaron a sí mismos de los estados nacionales imperiales a los estados – guerra (como brillantemente previó Santiago López Petit). “Fue esta lógica la que permitió a las principales potencias internacionales mantener el orden y la hegemonía, el control sobre los nuevos estados nacidos en el mundo post- Guerra Fría.”

Esta transición ha frenado la soberanía de los Estados-nación, que prevaleció hasta la década de 1990, y más importante aún, ha limitado considerablemente la soberanía de los nuevos Estados-nación constituidos después de la caída del Muro de Berlín. Esto permitió la proliferación de numerosos nuevos estados pero sin la soberanía del viejo estado-nación y también implementó la transición del antiguo Estado–nación colonial imperial a Estados- guerra. Hoy, los Estados-nación ya no pueden dar amnistía, al menos en teoría, a aquellos que han cometido crímenes de guerra, crímenes contra humanidad y genocidio.

Este cambio en la soberanía y hegemonía que sucedió en la transición de estado-nación a una nueva forma de estado, el estado-guerra, en el capitalismo neoliberal global permitió a los antiguos poderes coloniales e imperiales de Occidente permanecer en el poder sin recurrir a la intervención militar directa (esto se usa solo cuando no se hace efectiva ninguna otra mediación amistosa por parte de las principales potencias, como por ejemplo en el caso de Afganistán, Iraq, Libia, etc.). Era necesario usar cierto «velo» para ocultar esta transición del estado-nación al estado – guerra. Es en este punto que, como afirma Pierre Hazan, la justicia global o transicional entra en la ecuación. En el estado-guerra, el aparato estatal solo existe para mantener la ilusión de armonía, en lugar de realmente encargarse de las vidas y necesidades de una población. Caracterizado por sus aspectos biopolíticos, que se manifiestan en la política de cuidado aunque controlando sistemáticamente la vida de la población, el estado contemporáneo se transforma en un régimen necropolítico, donde su política está exclusivamente relacionada con la participación en la guerra del capital transnacional, dejando a sus ciudadanxs valerse por sí mismos.

3.Racialización

¿Qué es el estado racial? Benjamin Stora habla de ello como «regulación etnoracial». Es necesario posicionar el racismo como una categoría central dentro de los parámetros del estado abstracto. La denuncia del racismo no es adecuada; ni es suficiente decir que los aparatos represivos del estado han mejorado el trato severo a migrantes, jóvenes de segunda y tercera generación de migrantes (como la guerra contra el terror lanzada en 2001 que impuso procedimientos de discriminación racializada contra los identificados como musulmanes), refugiadxs y a lxs que buscan asilo. Por lo tanto, debemos reconocer que tenemos una construcción completa del estado racial en forma de capitalismo europeo y global. Hoy el estado-nación descansa sobre una base de racismo estructural, y es un estado racial que tiene que ser puesto en el centro del análisis. También tenemos que estar alertas a la afirmación de Ann Laura Stoler de que «los estados raciales pueden ser bestias innovadoras y ágiles, sus categorías flexibles, y sus clasificaciones proteicas y sujetas a cambio. Prosperan en ambigüedades y vacilan en rigideces. […] Formaciones raciales hace tiempo que marcan diferencias con otros nombres.»

En tal situación, es necesario incorporar, – en cada proyecto de arte y cultura y aún más, en todos y cada uno de los análisis que se ocupan de la conceptualización, las tres formaciones estatales: el estado-nación, el estado -guerra, y el estado racial. El racismo también es fundamental para (re)construir la historia nacional, silenciando historias de arte y cultura hechas por intelectuales migrantes, y silenciando grupos y movimientos de gays y lesbianas, y así sucesivamente. Por tanto, es necesario incluir una presentación sistemática del racismo y el antisemitismo (como un racismo genuino) dentro de la genealogía de un estado neoliberal contemporáneo y todos los proyectos que apuntan a contrarrestar el racismo.

Yo diría que este proceso de racialización desarrolla una base racista para las prácticas, las estructuras y los discursos en el campo de la cultura y el arte, y está siendo reproducido en la división contemporánea del trabajo y en nuevas formas de explotación y expropiación. La racialización, que tiene el colonialismo en su núcleo, opera hoy a través de nuevas formas de neocolonialismo; es decir, la colonialidad se hace operativa a nivel de conocimiento, teoría y práctica. Por lo tanto, este libro de la manera más concisa replantea las racializaciones forzadas y el encierro y la divulgación, explotación y expropiación de aquellxs que son vistos y hechos para ser marginales en el capitalismo global neoliberal.

Dos formas de cambio:

De pensar a atacar la frontera

Esta publicación reúne un amplio espectro de maneras de pensar las estructuras políticas, económicas, sociales y legales que están organizando la vida y la muerte de lxs refugiadxs, la vida y muerte de ciudadanxs y no ciudadanxs. Se muestra cómo se producen estas dos categorías distintivas, mientras que lxs ciudadanxs de segundo y tercer grado se quedan en algún punto intermedio. Muestra la administración del imperialismo geopolítico y la forma en que los medios y la tecnología funcionan hoy para producir una hiper-digitalización específica.

Palpablemente presente por un lado son las narrativas de deportación, evacuación, marginación, racialización, y por otro, las formas de empoderar, contraatacar y pensar radicalmente contra tales políticas. Finalmente, vemos que la frontera es una construcción que cambia rápidamente la relación entre el centro y el margen, y que al mirar desde la frontera, el centro hegemónico y osificado se derrumba fácilmente. Por lo tanto, la lógica de la interrelación de las cinco partes del libro va desde el pensar al atacar. Me refiero que la noción de «atacar la frontera» significa atacar contra la frontera para chocar con la frontera y eventualmente destruirla. “Atacar la frontera” ha sido formulado dentro de “Transitional Social Strike Platform” (Plataforma Transicional por la Huelga Social) que reúne las diferentes organizaciones, colectivos, grupos e iniciativas en Europa para tratar de encontrar diferentes formas de cruzar la frontera y obstruirla (las reuniones de la plataforma se celebraron en Poznan en 2015, Londres y Ljubljana en 2017). La frontera impide la libertad de movimiento e impide la conexión transnacional de trabajadorxs que contrarrestan el capital militarizado.

Migrante y migración

En conclusión, a través de todas las partes del libro se puede detectar una nueva subjetividad- este es el/la migrante que, aunque bajo enormes procesos de deshumanización, guetización y explotación, encapsula una poderosa agencia para cambiar la Europa osificada y explotadora. El/la migrante y la migración presentan una fuerza que cruza la frontera y exige un cambio radical de todas las viejas nociones modernas de comunidad, democracia, subjetividad, representación, organización y trabajo. Sorprendentemente poderosa es la relación entre migrantes y refugiadxs, y las formas perversamente violentas en que los poderes imperiales se relacionan con diferentes gestiones de migración y de refugiadxs. El/la migrante hoy es la categoría fundamental a través de la cual repensar el significado de ciudadanía, no ciudadanía, gestión de la vida y gestión de la muerte, así como la relación entre la gubernamentalidad y la soberanía. Central para todas estas nociones es la división colonial/racial, los procesos de discriminación, guetización y reclusión directamente relacionadas con la racialización, colonialismo histórico y colonialidad contemporánea.

En la frontera, a través de la frontera y más allá de la frontera, aquí y ahora, hay que pensar en una revuelta, cambio, transformación, insubordinación, reversión, cambio radical, e incluso una revolución.
Marina Gržinić es filósofa, artista, investigadora en el Instituto de Filosofía ZRC SAZU (Centro de investigación de Academia de Ciencias y Artes, Ljubljana, Eslovenia) y profesora de Arte post-conceptual en la Facultad de Bellas Artes, Universidad de Viena. Con Aina Šmid han colaborado como videoartistas desde los años 80’ en más de cuarenta proyectos audiovisuales e instalaciones de nuevos medios presentando su trabajo en numerosos festivales y exposiciones en contexto local e internacional.