Imagen: Yosjuan Piña Narváez (erchxs)

No me gusta comenzar ningún escrito sin enunciar mi lugar de habla, como lugar político desde donde escribo-vivo. Soy una persona afrodescendiente, diaspórica, migrante, precarizada y en disidencia a la dictadura heterosexual-colonial, asumo género no binarix. (Re)construyo constantemente el cuerpx que habito y ante todo soy intensamente negrx. Llevaba casi un año intentando vivir en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, intentando comenzar sin beca, estudios de doctorado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Activando y militando en espacios de disidencias sexuales y con colectivos de mujeres originarias y grupos de afrodescendientes. Al mismo tiempo tejiendo redes entre migrantes para sobrevivir a neoliberalismo macrista. Decidí en diciembre del 2016 participar en el III Congreso de Estudios Poscoloniales y IV Jornadas de Feminismos Poscolonial a sabiendas mi distanciamiento con los Estudios Poscoloniales y mi simpatía con los estudios descoloniales y feministas desde un lugar situado y encarnado. A sabiendas que en ese espacio podía compartir y re-encontrarme con gente crítica, con personas negras y racializadas que estamos en espacios laterales pensando-nos, cuestionando lugares y formas hegemónicas para producir conocimientos.

Presenté un trabajo titulado: «Poética de la fragilidad negra: morangos, parchitas, afroafectividades y descolonización», junto a un compañerx afro-brasileño, Anderson Feliciano Da Silva. La mesa de trabajo para presentar la ponencia formaba parte de la sección: raza, etnicidades, negritudes, africanidades, afroamericanidades. Quienes coordinaban este espacio de discusión eran personas blancas[1]al igual que quienes coordinaban el Congreso en general. Lxs ponentes en este micro espacio dentro del Congreso éramos en la mayoría personas negras, afrodescendientes y presentábamos trabajos situados-encarnados. Dos personas presentes en la mesa eran personas euro-blancas, provenientes de Portugal, quienes se situaban como “investigadorxs” y presentaban un trabajo sobre “Devenires africanos: el hibridismo, la dramatización y el gesto pictórico en las islas de S. Tomé Principe y Cabo Verde”. Esta ponencia dio pie al cuestionamiento de las prácticas extractivistas-coloniales y de violencias epistémicas ejecutadas por investigadorxs euro-blancxs en complicidad con investigadorxs blancxs-mestizxs sudamericanxs.

Los cuestionamientos y argumentos que dábamos las personas negras presentes en las discusión intentaron ser anulados cuando lxs investigadorxs blancxs alegaron que al criticarles estamos aplicando “racismo a la inversa”. Este fue el detonante para que lxs investigadorxs-activistas-artistas negrxs que estábamos allí presentes abandonáramos el espacio y siguiéramos nuestra diáspora, generando espacios posteriores de afroafectividad, afropolítica y afroepistemología sin pasar por la validación de lxs cuerpxs y subjetividades blanco-europeas y la complacencia de lxs blancxs sudamericanxs que aceptaron trabajos de investigación reproductores de la violencia epistémica colonial.

Nos alejamos de esa arquitectura racista que imposibilita que subjetividades/cuerpxs negrxs, disidentes sexo-género estén en un lugar de agencia epistémica y no bajo las pautas de la clase blanca criolla-sudamericana- ilustrada que pretende vigilar, controlar, mediar en las producciones de conocimientos y epistemologías fronterizas, producida por cuerpxs no blancxs .

Esta situación reafirmó que la producción de conocimientos “legítimos” pasa por la reafirmación de cuerpos de poder y cuerpos del conocimiento. Ese III Congreso de Estudios Poscoloniales y IV Jornadas de Feminismos Poscoloniales forma parte de un régimen de producción de saber académico que reúne a cuerpos de conocimiento que forman parte de la hegemonía dialoguista con la blanquitud: generalmente cuerpos-subjetividades blancas, cis-heterosexuales, clase media. Este régimen-blanco-epistémico se sostiene por el “contrato racial” histórico colonial dónde cuerpxs-subjetividades blancas secuestran espacios para la producción sistemática de la ignorancia. Una epistemología invertida que no implica carencia de conocimientos, sino producción de poderes epistémicos y silencios que soportan su autoridad. La epistemología de la ignorancia es parte de un estado de supremacía blanca en el que la raza humana es racialmente dividida en personas completas y subpersonas. Las personas blancas tienden a no entender el mundo racista creado por ellxs en el que viven y en el que pueden beneficiarse plenamente de sus jerarquías raciales, ontologías, epistemológicas y económicas (2007).[2]

Esto forma parte de las políticas del silencio. El silenciamiento de los sujetxs negrxs permite que el habla colonial blanca se consolide como verdad sin la interferencia de discursos contrarios. La inviabilidad de la manifestación del habla negra es la condición por medio del cual el sujeto blanco se reproduce. Así que en el marco del racismo, el sujeto blanco depende de la producción arbitraria del sujeto negro como otro silenciado.[3]

La arquitectura racista es hegemónica eso es incuestionable. No hay un afuera de esto pero si hay posibilidades de agrietarlas o cuestionarlas. Por eso nos juntamos lxs negrxs en la periferia de la universidad, para armar nuestro quilombo afectivo-político y epistémico para pronunciarnos por las acciones racistas vividas en III Congreso de Estudios Poscoloniales y IV Jornadas de Feminismos Poscoloniales. Para hacer whitenografía (blancoogía), como práctica de investigación, Así lo denominó Jess Oliveira, amigx traductora, negra, feminista. Nos juntamos para hacer blancología, crítica a la blanquitud-criolla-mestiza- como grupo hegemónico en la producción de discursos y narrativas que los reifican en su lugar de poder. Escribimos un comunicado a múltiples manos voces y cuerpxs. Un comunicado que hicimos circular por redes tecnoafectivas, espacios académicos y de militancia y que al pronunciarnos solo obtuvimos ecos de las voces organizadoras reafirmando su blancura como lugar político, infantilizando nuestros argumentos, realizando prácticas de policiamiento en los espacios académicos y de activismo donde hacemos vida, contra argumentando nuevamente con palabras racistas y clasistas e intentando consolidar el régimen de silenciamiento y su ignorancia blanca.

White ignorance . . .

It’s a big subject. How much time do you have?
It’s not enough.
Ignorance is usually thought of as the passive obverse to knowledge,
the darkness retreating before the spread of Enlightenment.
But . . .
Imagine an ignorance that resists.
Imagine an ignorance that fights back.
Imagine an ignorance militant, aggressive, not to be intimidated,
an ignorance that is active, dynamic, that refuses to go quietly—
not at all confined to the illiterate and uneducated but propagated
at the highest levels of the land, indeed presenting itself unblushingly
asknowledge. (Charles W Mills)
Yosjuan Piña Narváez (erchxs) migrante-sin papeles, nomádicx, en proceso vivo de descolonización, disidente al régimen blanco-hetero-capitalista-colonial. Intensamente negrx. Sociólogx-activista-(de)formadx en Universidad Central de Venezuela (UCV) // Master en Sociología de la(s) Ciencia(s) en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Master en estudios críticos en el Programa de Estudios Independientes (P.E.I 2014-2015) Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) Con experiencia en educación popular-descolonial y prácticas artísticas con subjetividades racializadas. Dibujante compulsivx de garabatos. Escritxr noctámbulx. Actualmente sobre-vivo en Madrid, formo parte del colectivo Migrantes Transgresorxs.
[1] El blanco no es un color. El blanco es una definición política, que representa los privilegios históricos, políticos y sociales de determinado grupo que tiene acceso a estructuras e instituciones dominantes de la sociedad. La blancura representa la realidad y la historia de un grupo determinado. Cuando hablamos de lo que significa ser blanco, entonces hablamos de política y ciertamente no de biología. Al igual que el término negro es una identidad política, que se refiere a una historicidad, las realidades políticas y sociales y no a la biología. (Traducción Propia)Ver entrevista a Grada Kilomba en: https://abagond.wordpress.com/2012/03/16/grada-kilomba-on-racism-in-europe/ (Consultada Febrero 2017)
[2] Es una interpretación sudakizada y traducción propia de Charles W Mills (2007) En Race and Epistemologies of Ignorance by Shannon Sullivan, Nancy Tuana. State University of New York Press
[3] Ver: “Puede un culo mestizo hablar” por Jota Mombaca. https://medium.com/@jotamombaca/pode-um-cu-mestico-falar-e915ed9c61ee#.v30ps81hu (Traducción propia)